Canal de Perilluenga.
21 de Julio de 2018.
Las lluvias
torrenciales caídas durante toda la semana nada bueno hacían presagiar.
Pero el Peñas Arriba
no retrocede con facilidad.
Tomamos un empinado
sendero llamado Treslacueva que arranca por encima del pueblo de Bejes en
rápidos y cómodos zig zas nos condujo a lo alto de la sierra de Bejes y tras
una corta travesía al Cdo. de Hoja, punto donde comienza el descenso hacia las
profundidades del río Urdon, 450 m por debajo.
Costó encontrar la
entrada ya que la maleza, muy espesa este año, oculta lo que en otros tiempos fue un
camino muy transitado por los pastores y vendedores del queso de Tresviso...
Años ha....!!
La bajada fue complicada, resbaladiza, el
sendero semi borrado, muy húmedo, barro, raíces, zarzas, agujeros-trampa y
mucha pendiente.
Algunos sentaron las
posaderas.
Cruzamos el canal que
rebosaba de agua y continuamos descendiendo por un estrecho y húmedo sendero
que de forma casi imposible salva los verticales acantilados y nos obliga a
pasar por debajo de unos chorros de agua que no se pueden evitar. La senda,
tallada en la roca, tiene la anchura justa para posar los pies y a la derecha
la caída es considerable, suerte que la maleza y los árboles disimulan el
precipicio.
Una vez superado el
pasaje de las duchas y dos cortas armaduras de hormigón algo resbaladizas y
expuestas, llegamos al puente del Río Chico.
Allí aparece una
visión impresionante, cien metros por encima, el agua del canal rebosa y forma
una cascada digna de admirar. No faltan las fotos porque el paisaje es de una belleza
sublime.
Continúa la senda en
continuas vueltas y revueltas por los recovecos mas insospechados hasta que
llegamos a la caseta de Reñinuevo, propiedad de la Electra de Viesgo.
Ahora caminamos por
el muro del canal bien protegidos por barandillas metálicas y llega un nuevo
descenso, así que abandonamos el cómodo muro y descendemos hacia el rio Urdon
que ruge caudaloso, en unos minutos llegamos al Puente la Bárdina, un doble
puente que cruza el rio.
Pasamos por el puente
a la margen izquierda del enfurecido torrente por donde continua el sendero.
Este lugar es
impresionante, agua por todas partes cae en cascadas y fluye torrencialmente
con un ruido ensordecedor. Poco mas arriba vemos entre las ramas la cueva del
Nacimiento, lugar donde nace el rio Urdón y el canal homónimo que conduce el agua a las turbinas de la central eléctrica de Urdón convirtiendolo en energia electrica. (Da para pensar la sencilla forma en que encendemos una simple bombilla y el recorrido que sigue hasta que se convierte en luz...)
Salir de este
recóndito lugar parece tarea imposible, aquello es todo vertical y
aparentemente impracticable, pero… se puede.
Unas milagrosas
armaduras a modo de escalones serpentean por la vertical pared protegidas por
alambres y cadenas a modo de pasamanos y quita miedos.
Con calma se va
salvando una altura considerable y se sale a un terreno algo más humanizado.
Estamos en los Vallejos de Trescañimuelle a una hora y pico de Tresviso.
Pasamos por las derruidas
cabañas de Llosa Cima, la Valleja Argumosa y el Monte Robredo saliendo
al Prau LLeu.
En 20 minutos
llegamos a Tresviso con una buena sudada debido al calor y la humedad reinante.
Allí nos acomodamos en el merendero cubierto donde dimos cuenta de las viandas
y comentamos la aventura que acabamos de protagonizar.
El descenso hacia
Urdón es de sobra conocido por la mayoría, no hace falta comentarios.
Hasta la próxima!!!