Fue una pena que algunos se quedaran sin marcha, pero la
carretera de acceso a Lomeña no da para que entre un autobús grande y mucho
menos para que dé la vuelta en el pueblo.
Esta vez se llenó el bus de 35 plazas, la gente se animó y también
hubo nuevas incorporaciones de gente joven, lo cual siempre viene bien, pues en
ellos está el futuro.
Así que comenzamos a caminar en el pueblo de Lomeña y pista
arriba nos internamos en el monte. Las duras rampas no perdonaban y colocaban a
cada cual en su lugar correspondiente, pero no hubo grandes diferencias,
enseguida nos juntamos todos en el Collado del Salce, divisoria de los valles de
Pesaguero y Cereceda.
Los hayedos de la vertiente del rio Bullón estaban algo
descoloridos, quizá demasiado tiempo sin llover no les ha venido nada bien. Vimos pocas setas, será por la misma razón.
Por la vertiente que da a Bárago mejoraba bastante el
colorido de los hayedos.
Así que fuimos atravesando los siguientes collados, el de la
Varga, Cabriles, Cantalafredo y finalmente la Raya, donde paramos a comer. Algunos
atrevidos treparon a lo alto de la cercana peña de la Raya cuya cumbre es
espectacular, pero expuesta y peligrosa, no apta para el que padezca miedo al
vacio.
Tras la comida, partimos hacia Barago, primero descendimos
hacia las profundidades del Diegu y tomamos la senda que atraviesa el hayedo la
cual nos condujo al Collado del Castro.
Preciosa travesía que produjo expresiones de admiración y
asombro en algunos participantes.
El resto del descenso por caminos poco transitados tapizados
de hierba y agradables para caminar.
Todo ello hizo que esta marcha de montaña resultara muy
exitosa.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.