Puede ser TUDANCA.
28 abril 2011
24 abril 2011
Como todas las semanas, nos acercamos a la montaña, aun que no pongamos nada en el blog.
Esta sábado hicimos el circulo de Corrales, monte Tejas, y bajada hasta coger el tren en Las Caldas, con subida hasta el monasterio para tomar café; no medimos las subidas y bajadas ya que solemos medir las horas de andar, que fueron siete sin contar las del monasterio y la bajada al tren desde casa y la subida de la Atalaya que se las trae cuando estas cansada.
Pongo foto de Fredo y Chuchi en la cumbre, que por cierto se contempla Santander y las de la lucha a muerte de dos culebras (enanagos) que quise separar con el palo y no fue posible de enfurecidas que estaban.
21 abril 2011
Crónica de la marcha: Collados del Asón-Brenavinto-Alto de las Estacas- Porracolina-El Mosquitero-Socueva
Mañana fresca con hermoso y limpio amanecer. Tras la oscuridad de la noche todo cobra vida con el resplandor y la luz del sol. De camino al autobús, en lo más bajo del horizonte, emerge un enorme e incandescente disco rojo que me hace presagiar un alegre y luminoso día. Un nuevo y cordial encuentro de los excursionistas, esta vez a mediados de abril, con saludos, sonrisas y breve plática. Emprendemos el viaje con puntualidad y muchas ganas de compartir, caminar y disfrutar.
Transitamos por la autovía charlando y contemplando el relajante paisaje de Cantabria: el mar, los prados, las casas, plantaciones y pequeños bosques, con algo de bruma y niebla baja en los suaves valles cercanos a la costa. En los pueblos, las gentes despiertan a la cotidiana actividad diaria. Cruzamos en Treto la ría del Asón y, en dirección a Ramales, ascendemos bordeando el río.
Pronto alcanzamos el término de Soba, con laderas en sombra y exuberante vegetación. Pasamos por La Gándara y Casatablas, y hacemos un alto para estirar las piernas y comprar pan. Fernando, micrófono en mano y poco antes de finalizar el trayecto en bus, nos explica la marcha al detalle y anuncia que, en esta salida auténticamente primaveral, disfrutaremos con los cinco sentidos. ¡Y así fue!
Por fin, en los Collados del Asón. Tras los preparativos y las fotos de rigor, comenzamos la travesía. Al inicio admiramos la belleza del paisaje y la subida al puerto, que continúa hasta la cima de la Sía. Un lugar ideal para los ciclistas. Caminamos por un grisáceo suelo con piedra suelta, donde estacas y alambradas delimitan las propiedades. Rocas altas de gran verticalidad en las cercanías. Avanzamos con paso firme y ameno diálogo en una mañana cálida y esplendorosa.
En las proximidades, algunas cabañas aisladas y ganado suelto sobre verdes praderas. A un lado el roquedo de Los Campanarios, con hayas en su falda, y al otro la Peña Horneo. Pronto llegamos a un cruce de caminos con señales de madera que indican a Brenavinto y Bustalveinte; estamos en el alto de Posadía, a 878 m. de altitud. Ahora iremos por una estrecha senda, en plena ladera, bordeando una colina hasta acceder a la cañada de Moncrespo.
Parada en un alto y nuevas vistas de un magnífico y agreste entorno. Seguimos hasta adentrarnos en un extenso bosque de corpulentas hayas, con verdor primaveral en sus hojas e incipientes brotes, que más tarde se convertirán en apetitosos hayucos. En este tiempo las aves construyen sus nidos y muchos animales salen de sus madrigueras. Pisamos la hojarasca invernal y contemplamos el musgo que cubre la base del tronco de los árboles y algunas rocas sueltas. Pequeñas matas de arándanos aparecen a nuestro paso, así como carteles con los nombres de Brenacovos y San Roque de Riomiera.
Tras largo trecho por el hayedo llegamos a un claro. Sobre nosotros, grupos de rocas con profundas grietas verticales. Una nueva pausa con breves explicaciones: Al sur el Picón del Fraile; al fondo, los Altos de Castro Valnera, Veinte, Pizarras y Carrío. En los alrededores, simas, plantas y algún nevero tardío. Bordeamos el Colina, notando el frío viento que sopla desde cumbres y laderas.
Vemos a lo lejos los pastizales de La Sota con hierba rala, amarillenta y, en ocasiones, blanquecina. Extraordinarias y hermosas vistas del valle del Miera en un inédito y corto descenso, pero vertiginoso, con amplia cordada al frente; un lugar para admirar, pensar y disfrutar. Paraje con calma sobrecogedora, donde algunas rapaces surcan el aire con vuelo alto y silencioso, al tiempo que nuestras miradas y pensamientos se elevan hacia un enorme e intenso cielo azul.
Tras varias horas andando llegamos a la cara sur del Porracolina y, sin detenernos, acometemos la ascensión. ¡Mereció la pena! En la cumbre, en ese mirador natural y a 1.414 m. de altura, conversamos con otros montañeros. Durante millones de años de inerte existencia, este pequeño coloso ha sido erosionado por el viento, la lluvia y los contrastes de temperatura entre el día y la noche, hasta moldearlo con caprichosas formas en su parte norte; pared acariciada siempre por la brisa que asciende del valle.
Bajamos del pico y, tras una loma, al abrigo del aire, comemos cordialmente, en armonía, con divertidas charlas, comentarios y bromas, “como siempre”, compartiendo experiencias, bebidas y algunos alimentos. Tras el breve reposo marchamos una vez más, en esta ocasión en fila india entre rocas calizas, con formas geométricas, por un terreno lleno de cortos y sinuosos atajos. Aunque el camino se va haciendo largo y costoso, es digno de entusiasmo y admiración por nuestra parte. Trepando por un declive y pisando con cierta dificultad nos aupamos al Mosquitero, para así poder divisar otro hermoso valle desde esa espectacular atalaya rocosa, que se eleva al cielo como un auténtico guardián de las alturas y de los pueblos cercanos. Debajo, un terreno semejante a un circo glaciar con piedras sueltas y hondonadas.
Descendemos de nuevo por terrenos muy verdes e inclinados, encontrando numerosas cavidades; en una de ellas reza en la roca de entrada: Cueva de Cueto, que, según cuentan, se comunica con la de Coventosa a través de un largo corredor subterráneo. Nos asomamos con curiosidad a la estrecha bóveda y tras fotografiar el sombrío y angosto lugar, continuamos largo rato sobre un pétreo suelo, salvando la difícil bajada y contemplando la grandeza de las rocas calizas, con forma de aguja que apuntan al cielo, componiendo sorprendentes figuras de origen kárstico, debido a la acción erosiva y disolvente del agua.
Entre escollos, hierba y maleza, a ras de suelo, nos dirigimos a Buzulucueva, para terminar en Socueva, tras transitar por una pronunciada pendiente bajando en zigzag por un sendero con piso muy irregular. Al finalizar la caminata en esta pequeña y tranquila localidad encontramos lugareños en plena faena, entablando cortos diálogos con ellos. Llegamos algo cansados, pero contentos, tal vez exhultantes, por haber completado tan extraordinaria marcha. ¡Un recorrido magnífico y un día inolvidable! Enhorabuena a quienes la diseñaron, a los que dedico este escrito.
Regreso a Santander con amena conversación, saludos y buenos deseos en la despedida, y … hasta la próxima.
Alfredo López
Transitamos por la autovía charlando y contemplando el relajante paisaje de Cantabria: el mar, los prados, las casas, plantaciones y pequeños bosques, con algo de bruma y niebla baja en los suaves valles cercanos a la costa. En los pueblos, las gentes despiertan a la cotidiana actividad diaria. Cruzamos en Treto la ría del Asón y, en dirección a Ramales, ascendemos bordeando el río.
Pronto alcanzamos el término de Soba, con laderas en sombra y exuberante vegetación. Pasamos por La Gándara y Casatablas, y hacemos un alto para estirar las piernas y comprar pan. Fernando, micrófono en mano y poco antes de finalizar el trayecto en bus, nos explica la marcha al detalle y anuncia que, en esta salida auténticamente primaveral, disfrutaremos con los cinco sentidos. ¡Y así fue!
Por fin, en los Collados del Asón. Tras los preparativos y las fotos de rigor, comenzamos la travesía. Al inicio admiramos la belleza del paisaje y la subida al puerto, que continúa hasta la cima de la Sía. Un lugar ideal para los ciclistas. Caminamos por un grisáceo suelo con piedra suelta, donde estacas y alambradas delimitan las propiedades. Rocas altas de gran verticalidad en las cercanías. Avanzamos con paso firme y ameno diálogo en una mañana cálida y esplendorosa.
En las proximidades, algunas cabañas aisladas y ganado suelto sobre verdes praderas. A un lado el roquedo de Los Campanarios, con hayas en su falda, y al otro la Peña Horneo. Pronto llegamos a un cruce de caminos con señales de madera que indican a Brenavinto y Bustalveinte; estamos en el alto de Posadía, a 878 m. de altitud. Ahora iremos por una estrecha senda, en plena ladera, bordeando una colina hasta acceder a la cañada de Moncrespo.
Parada en un alto y nuevas vistas de un magnífico y agreste entorno. Seguimos hasta adentrarnos en un extenso bosque de corpulentas hayas, con verdor primaveral en sus hojas e incipientes brotes, que más tarde se convertirán en apetitosos hayucos. En este tiempo las aves construyen sus nidos y muchos animales salen de sus madrigueras. Pisamos la hojarasca invernal y contemplamos el musgo que cubre la base del tronco de los árboles y algunas rocas sueltas. Pequeñas matas de arándanos aparecen a nuestro paso, así como carteles con los nombres de Brenacovos y San Roque de Riomiera.
Tras largo trecho por el hayedo llegamos a un claro. Sobre nosotros, grupos de rocas con profundas grietas verticales. Una nueva pausa con breves explicaciones: Al sur el Picón del Fraile; al fondo, los Altos de Castro Valnera, Veinte, Pizarras y Carrío. En los alrededores, simas, plantas y algún nevero tardío. Bordeamos el Colina, notando el frío viento que sopla desde cumbres y laderas.
Vemos a lo lejos los pastizales de La Sota con hierba rala, amarillenta y, en ocasiones, blanquecina. Extraordinarias y hermosas vistas del valle del Miera en un inédito y corto descenso, pero vertiginoso, con amplia cordada al frente; un lugar para admirar, pensar y disfrutar. Paraje con calma sobrecogedora, donde algunas rapaces surcan el aire con vuelo alto y silencioso, al tiempo que nuestras miradas y pensamientos se elevan hacia un enorme e intenso cielo azul.
Tras varias horas andando llegamos a la cara sur del Porracolina y, sin detenernos, acometemos la ascensión. ¡Mereció la pena! En la cumbre, en ese mirador natural y a 1.414 m. de altura, conversamos con otros montañeros. Durante millones de años de inerte existencia, este pequeño coloso ha sido erosionado por el viento, la lluvia y los contrastes de temperatura entre el día y la noche, hasta moldearlo con caprichosas formas en su parte norte; pared acariciada siempre por la brisa que asciende del valle.
Bajamos del pico y, tras una loma, al abrigo del aire, comemos cordialmente, en armonía, con divertidas charlas, comentarios y bromas, “como siempre”, compartiendo experiencias, bebidas y algunos alimentos. Tras el breve reposo marchamos una vez más, en esta ocasión en fila india entre rocas calizas, con formas geométricas, por un terreno lleno de cortos y sinuosos atajos. Aunque el camino se va haciendo largo y costoso, es digno de entusiasmo y admiración por nuestra parte. Trepando por un declive y pisando con cierta dificultad nos aupamos al Mosquitero, para así poder divisar otro hermoso valle desde esa espectacular atalaya rocosa, que se eleva al cielo como un auténtico guardián de las alturas y de los pueblos cercanos. Debajo, un terreno semejante a un circo glaciar con piedras sueltas y hondonadas.
Descendemos de nuevo por terrenos muy verdes e inclinados, encontrando numerosas cavidades; en una de ellas reza en la roca de entrada: Cueva de Cueto, que, según cuentan, se comunica con la de Coventosa a través de un largo corredor subterráneo. Nos asomamos con curiosidad a la estrecha bóveda y tras fotografiar el sombrío y angosto lugar, continuamos largo rato sobre un pétreo suelo, salvando la difícil bajada y contemplando la grandeza de las rocas calizas, con forma de aguja que apuntan al cielo, componiendo sorprendentes figuras de origen kárstico, debido a la acción erosiva y disolvente del agua.
Entre escollos, hierba y maleza, a ras de suelo, nos dirigimos a Buzulucueva, para terminar en Socueva, tras transitar por una pronunciada pendiente bajando en zigzag por un sendero con piso muy irregular. Al finalizar la caminata en esta pequeña y tranquila localidad encontramos lugareños en plena faena, entablando cortos diálogos con ellos. Llegamos algo cansados, pero contentos, tal vez exhultantes, por haber completado tan extraordinaria marcha. ¡Un recorrido magnífico y un día inolvidable! Enhorabuena a quienes la diseñaron, a los que dedico este escrito.
Regreso a Santander con amena conversación, saludos y buenos deseos en la despedida, y … hasta la próxima.
Alfredo López
Nueva Secretaria del Club
Para conocimiento general, este martes, 19 de abril, la Junta Directiva del Club, decidió nombrar nueva SECRETARIA DEL CLUB a ELENA TORNADIJO, a la que damos la enhorabuena, esperando nos ayude a fortalecer y agrandar aún más éste Club que nos une, hace más de20 años.
Igualmente, queremos agradecer a ANGEL YEDRA la labor desarrollada de Secretario del Club durante los últimos once años, esperando verle pronto en la marchas del Club, acompañado de sus retoños.
Igualmente, queremos agradecer a ANGEL YEDRA la labor desarrollada de Secretario del Club durante los últimos once años, esperando verle pronto en la marchas del Club, acompañado de sus retoños.
20 abril 2011
El Peñas Arriba por el alto Asón.
17 abril 2011
MARCHA A LOS COLLADOS DEL ASON
Hola compañeros como de constumbre paso a poneros fotos de la última marcha, los Collados del Asón.- Que decir de la marcha, muy bonita, el tiempo expléndido y por supuesto la compañia como siempre de 1ª.- Que el paseo fue apróximadamente de unos 19km, que el tiempo real fueron unas 7:30 horas y el desnivel acumulado de los que hicieron las 3 cumbres (Colina, La Porra y el Mosquitero) según el altímetro de un socio no digo el nombre , fue de 1380m.- Mis felicitaciones a Fernando por la marcha elegida, que aunque he estado en la zona varias veces siempre me gusta repetirla, es más el sábado 30 volveré a la zona para hacer Los Campanarios y Los Castros del Orneo.- Saludos.------------------
Foto de salida
Dedicado a nuestro guía espiritual Jesús
Hola Jesús, lo primero y para que no me pongan más suspensos en la asignatura de fotógrafo del blog, decir lo siguiente: Que en la salida al Forcau del Cuerno se me adelantó Sotres y metió un buen ramillete de fotos con mucho acierto, entre ellas la que os pongo, y que tituló "por la sierra de Juan Robre".- Yo solo metí 4-5 fotos y procuré que fueran distintas a las suyas, motivo por lo que no metí foto de salida que es la que en este momento pongo.- Si mirais en el blog escontrareis la foto de Sotres, solo tenéis que pasar la página.- Saludos de Javichu.-
Mi foto
15 abril 2011
SALIDA AL MONTE CILDÁ (desde Silio)
Hola compañeros, antes de vernos el sábado voy a poneros unas fotos de la salida que hice el miércoles 13 al monte Cildá.- La salida fue desde Silio, subimos en 2:35 horas y para la bajada empleamos 2:55 horas con un desnivel acumulado de 830 x 830 metros de desnivel.- Un bonito paseo y un mejor entrenamiento.- SALUDOS ------------------
Foto de salida en la Iglesia de Silio