La marcha de los dos días del año 2022 se ha suspendido.
El refugio del Meicín no está preparado para recibir a un
montón de gente.
Y así se fueron pasando los días y se acercaba la fecha
sin que nadie moviera pieza, tan solo algunas propuestas sin consistencia por
la zona de Riaño y Maraña…, todo parecía indicar que la marcha sería suspendida
definitivamente.
Pero no fue así. De repente apareció Javier, se apeó de
la moto y dijo: “Hay que hacer la Marcha de los dos días”.… y se puso en marcha
el mecanismo que activa cualquier proyecto de este tipo. Cada cual asumió un rol
y en menos de una semana lo teníamos todo organizado.
El primer dia atravesaríamos Peña Maín para ir a dormir a
Sotres y al dia siguiente descenderíamos por Tordín y la majada de Vierru y a
las cercanías de Mildón.
A primera vista no parecían ser etapas duras, pero ¡vaya si
lo fueron…!
Primer dia:
El pequeño bus nos lleva a Tielve y poco antes de llegar
nos deja junto al puente Saleras, al lado del molino y del cementerio. Allí se
disipó la niebla repentinamente y apareció el sol sobre las nubes. Tomamos la
pista que se dirige al Collau Vierru y en menos de hora y media estamos al pie
del Cuetu Vierru 1167 m., atravesamos los prados del Llanu Bellar y nos metemos
en el monte Tolobre defendiéndonos del calor a la sombra de las hayas.
Mejor hubiera sido atravesar la pradería hasta el Collau
Parga y tomar el sendero que va hacia la majada de Jucarrera y arranca del
collado introduciéndose de forma clara en el monte Tolobre.
De cualquiera de las dos maneras tuvimos problemas para
encontrar y seguir el sendero. Está casi desaparecido tapado por la hojarasca y
tomado por el matorral y los brotes nuevos de hayas que ocultan toda señal de paso.
La única señal fiable que aparece de vez en cuando son las armaduras de piedra
del camino que en su dia tuvo bastante importancia, pues comunica con varias
majadas como La Poza, Jucarrera o Argandobin, incluso un ramal desciende a la bulnesa
majada de Arnandes.
Tan estropeado está el sendero que las piernas van
notando el duro castigo que sufren al sortear los obstáculos, así que nos
dividimos y formamos dos grupos, uno de ellos alcanzó la Muesca la Joradá,
puerta de entrada a Jucarrera donde todavía se encuentra en pie una antena de
tv que sirve como referencia del paso.
El otro grupo se quedó en la Fuente Ardueña refrescándose
un rato y poco a poco ascendimos por el Valle de Ardueña hasta que nos juntamos
de nuevo con el primer grupo que había alcanzado la cumbre de la Cabeza
Jucarrera 1571 m., y descendían en nuestra dirección.
Nos juntamos a comer en un lugar encantador junto al
Cuetu Mediu 1505 m. y sobre el Monte Jullanu. Al fondo el Macizo Central
presidido por el Picu Urriellu. Fue un privilegio…, el rato que estuvimos allí
no tiene precio.
Pero había que continuar caminando hacia Sotres.
Desistimos de ascender a las cercanas cumbres mas altas
de Peña Maín, (Cabecina Quemada con 1611 m. es la mas alta) y fuimos
faldeándolas hasta llegar a la Valleya Grosea, especie de valle que tiene buena
comunicación con las brañas de Pandébano y alrededores.
Una buena fuente con abrevadero apareció de repente en
medio de la braña. Fue un regalo para algunos que no pudieron resistir la
tentación de refrescarse la piel.
Continuamos descendiendo valle abajo y cuando parecía que
llegábamos a un cortado impracticable, un providencial sendero de cabras nos
permite bajar con seguridad a la Majada de Canero donde de nuevo saciamos la
sed en la fuente que brota debajo de la segunda cabaña.
El resto del camino tiene poca historia, es la pista de
la Concentración parcelaria hecha en los años 70 u 80.
Pero algunos descendimos por el camino antiguo mas corto
que la pista y mucho mas interesante. Pasamos por el viejo puente romano ¿?
Llamado Puente Molleyeres.
La subida desde aquí hasta el pueblo de Sotres es
bastante penosa cuando llegas con las piernas castigadas. Pero una ducha te
deja casi nuevo.
Nos fuimos a cenar al restaurante Peña Castil donde nos
trataron a cuerpo de rey y nos dieron muy buena comida y muy bien cocinada. Un
10 de nota.
Luego un poco de tertulia y todos a dormir, que hay que
madrugar y además está tronando y comienza a llover.
Segundo dia:
Las 07.15 horas, comienzan a desfilar los mas madrugadores
y 15 minutos mas tarde todos desayunando. El pseudo zumo es lo que es…, El café
esta bueno, el pan tostado con mantequilla y mermelada no está mal, pero el
desayuno no remata.
Enseguida cogemos los bártulos y los cargamos en el mini
bus que tampoco remata, pues carece de maletero, las maletas van dentro del bus
amontonadas en la parte de atrás.
El viaje es corto. En esta ocasión solo tiene que
llevarnos a la majada de La Caballar 1238 m., dejarnos allí e ir a recogernos a
las cercanías de Mildón, 1000 m. por debajo.
Así que a las 09.00 ya estábamos preparados para comenzar
la dura etapa de hoy, que pasa de 1400 m. de descensos acumulados.
La foto de rigor y nos vamos ahora cuesta abajo en busca
del camino de Camba.
El hayedo nos protege del sol, pero pronto el camino se
aleja del arbolado y nos quedamos sin sombra. Avanzamos en ligera subida mientras
van apareciendo las cabañas de Tobaos, Jerreru, Valfrio, etc. nos dirigimos a
la Cruz de Entrejano para continuar por el camino de Caoro que enseguida
abandonamos para dirigirnos a la fuente y a la Majada de Tordín.
Allí nos sentamos un rato, comimos algo de fruta y
contemplamos el hermoso panorama que tenemos enfrente. Unas imágenes que
perdurarán en el recuerdo.
Nos ponemos en marcha cruzando la vega entera hacia el
norte en busca de un senderillo que atraviesa el Monte la Tabla de arriba abajo
hasta la Vega Tenebreu donde giramos a noreste bordeando los despeñaderos que caen
hacia el rio cientos de metros por debajo.
Continuamos nuestro particular calvario que consiste en
descender con mucho cuidado para no dar un mal paso que repercuta en las
rodillas o en las lumbares. Es un descenso en el que no te puedes relajar, te
obliga a estar alerta constantemente.
Llegamos a la Majada de Vierru donde estaban los hermanos
Fernando y Manolo, pastores de toda la vida en esta zona. Nos saludamos
efusivamente, como siempre que nos encontramos. Ahora ya se jubilaron, pero
siguen allí apegados al terruño donde tienen gallinas y un burro que imagino
hará el porteo de la compra semanal. Dicen que no cambian Vierru por el mejor
hotel de 5 estrellas de Madrid. Lo cierto es que tranquilidad no les falta, no
hay vecinos que molesten, el pueblo mas cercano está a dos horas de mal camino.
La cabaña donde viven está a 650 msnm. No hay carretera, no hay luz, no hay
gas, el agua pasa de largo al lado de la leñera.
Tras un buen rato de charla, ellos le echaron una ojeada
al puchero que tenían en el fuego y nosotros emprendimos la última parte del
recorrido.
Nos costó bastante atravesar el enorme argayu que todos
los años se desliza monte abajo taponando el camino. También nos costó bajar
por la Pernal al punto donde se unen los ríos Cares y el Miñances pero a pesar
de todas las trampas que nos puso la maleza, conseguimos llegar al lugar donde
esperaba el bus.
Nos dimos un baño en el rio Miñances y nos acercamos a
Niserias donde teníamos reservada una mesa en la terraza.
Nos trataron muy bien, como siempre lo hacen en el bar la
Central.
Buen ambiente, buena comida y motivos para volver.
Las fotos de la marcha me salieron todas mal de color por
un error de configuración de la cámara.
Así todo las he chapuceado un poco y alguna colgaré.