01/08/2020.
Travesía desde Bautijo (subida Lunada) al Portillo de Ocejo, El
Coterón, Picón de los Lastreros, Cabañales de la Vara, Hormías, la Brinia, los
Perales y el barrio de Portilla a orillas del Pas.
Como casi
siempre que vamos por esta zona, los pronósticos del tiempo no nos favorecen,
así que en las mochilas hubo que llevar el paraguas y el chubasquero.
Por la
mañana, cuando nos dejó el bus en el punto de partida, brillaba el sol y
comenzamos a caminar con un dia estupendo.
Llegamos
al Portillo de Ocejo cuando la niebla picaba en la cumbre del Coterón, a pesar de ello trepamos por las inclinadas pandas herbosas y desde la cima
descendimos con cuidadin al Collado del Coterón.
Para
entonces la niebla ya se había hecho dueña de todo paisaje por encima de 1250
msnm. Y amenazaba con taparlo todo. No había razón para subir al Picón de los
Lastreros, así que decidimos recortar la marcha y dirigirnos a un cercano collado
al sur de nuestra posición. El problema es que las laderas son demasiado pendientes
y los senderos totalmente perdidos hacen que la travesía sea inviable.
Tuvimos
que descender unos 50 m por terreno muy inclinado en busca de senderos mas
seguros por los que llegar al citado collado al que finalmente y por buen sendero arribamos en media hora.
Por lo
menos no llueve, la temperatura es buena y la niebla se mantiene por encima de
nuestras cabezas.
Descendimos
al cercano Cabañal de la Vara donde pastaba un rebaño de vacas, nos asomamos
al Churrón de Agualto (nacimiento del Pas), en esta ocasión el gran salto de
agua era un chorrín que apenas se distinguía desde nuestra posición.
Alguien propuso
comer allí, en La Vara, pero eran solo las 12.30 y por las alturas, la niebla descendía
amenazante, así que nos pusimos en marcha dispuestos a perder altura y buscar
un lugar más seguro para comer el bocadillo.
Cruzamos
las lomas y cabañales de Hormías y descendimos hasta un cabañal llamado La
Cotera donde descansamos plácidamente y dimos cuenta de las viandas.
Negros nubarrones
se acercaban por el puerto de Lunada amenazando lluvia. Nos pusimos las
mochilas y descendimos loma abajo entre cabañas, prados y montes hasta Portilla
donde el bus vino al rescate.
A pesar
de todo, la marcha resultó entretenida.
Habrá que
volver…