Va creciendo la afición al monte. Esta vez rozamos los 40 caminantes y llevamos el bus de 55 plazas.
Todo un lujo cuando se trata de buenas carreteras.
El dia prometía cuando nos pusimos en marcha dejando atrás la Casa Julia, punto en el da comienzo la ruta.
Y nos fuimos introduciendo en el curioso hayedo de la Biescona cuyas hayas crecen a escasos 4 km. de distancia al mar.
A los 600 snmm. se acaba el monte de hayas, el terreno se abre y da paso a la braña donde algunos potros aprovechan los pastos.
El terreno por donde continuamos se va poniendo cada vez mas tieso, no hay descanso, toca apretar los dientes y sufrir.
Allá arriba se ve la gran cruz metálica en la cima del Pienzu, parece que está cerca, pero no..., se hace de rogar, nos está engañando.
Voy parando cada 15 pasos y tomando aliento..., por fin llego.
Pero mi gozo en un pozo, al norte solo se ve un extenso mar de niebla que cubre la costa y el tejedal del Sueve.
Todo se ve blanco salvo las montañas de la Cordillera Cantabrica al sur y los Picos de Europa algo al oeste, la niebla sube deprisa y amenaza con cubrirlo todo.
Bajamos y nos reunimos todos en el segundo collado donde comemos el bocadillo, la niebla parece retirarse y nos deja tranquilos comer y sestear, pero a las tres hay que ponerse en marcha hacia el mirador del Fitu.
Descendemos pista abajo cuando aparece la niebla de nuevo y nos cubre por completo. Dos jovenes se unen a nosotros para no desorientarse. Otro nos adelanta con dos gatos encima de los hombros....
Casi llegamos al Fitu cuando de nuevo desaparece la niebla.
Buen dia de montaña tuvimos.
Hasta la próxima.
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