Primer Día: La marcha fue preciosa, con mucho calor, pero en las alturas lo calmaba mucho el aire que corría y que me hacia la puñeta para fotografiar a la
flores, que estaban preciosas, muchas me salieron movidas, y sobre todo
por las prisas que tenían todos por llegar a la cumbre, pero alguna foto salió
bien.
La madrugada del primer día fue tremenda, salimos con la aurora asomando
por las montañas y ya apretaba el calor; nos acerco bastante el taxi, y con los
primeros rayos del sol, empezamos a subir; neveros, lagos y unas vistas
del pirineo, inimaginables, desde alli vimos en la lejanía La Mesa de los tres
Reyes y el Pic Anie; hace algunos años las subimos en otra marcha;
tambien teniamos cerca una mole impresionante el Midi de'osseu; hace dos años,
Mayte la escaló.
La subida a la Collarada fue lenta y trabajosa y al final una torre
parecida a la de Lechugales nos hizo trepar un rato, pero llegamos todos muy
contentos, impresionante vista de lagos y montaña con algún nevero, pero lo
mejor fue la bajada por la otra vertiente, arrastrando la culera como pudimos,
bajamos la cumbre escarpada y luego a resbalar por las pedreras que seguro que
la mayoría tenemos unas agujetas como para correr escaleras abajo; respiramos
cuando la ladera se hizo menos pindia, pero el jefe nos dijo tirar a la
derecha; "señor se me habia olvidado la bajada con la cadena",
tremenda la puñetera, yo me colgaba de ella dejándome caer y arrastrando otra
vez la culera; por fin llegamos a terreno un poco mejor; Cándido y yo que
bajábamos juntos nos encontramos a Julio metiendo en un nevero la bebida para
refrescarla y como no encontrábamos una sombra, comimos un poco mas abajo.
Achicharrados llegamos a la pradera dándome mucha envidia la cantidad de setales
de primavera que había, claro que sin una seta; cogimos el taxi y cantando
llegamos a Canfranc. Mayte y Pili bajaron por otro sitio y se bañaron en el
lago que desde la cumbre contemplábamos con envidia, por lo visto fue mucho
mejor pero tres horas mas larga.
Segundo día: Con el amanecer ya luciendo en todo su esplendor,
salimos menos soñolientos, por un terreno boscoso muy bonito, con preciosas
cascadas y todo lleno de flores ; el jefe nos dio un par de horas para subir
los que quisieramos al Ibon Stanez y casi corriendo subimos cinco mujeres y
Lolo; precioso y gran lago, donde se reflejaban las montañas, nos
bañamos en un agua casi caliente, pero por lo menos refrescaba, hasta que en
una pequeña colina Julio nos llamo al orden para volver otra vez casi
corriendo a la cascada donde nos esperaban el resto del grupo remojándose
los pies. Desandando el camino precioso y florido. llegamos al pueblo a comer,
por cierto muy bien. Y a casa con pena. Un 10 para el guía y organizador.
PD. Las flores rojas son rododendros.
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