Ondarroa – Zumaya por la senda costera es demasiada comida para un dia de Enero, por eso se decidió con buen criterio, comenzar la marcha en Zumaya y caminar hasta donde lleguemos, o sea, decidir sobre la marcha en función de la hora y del tiempo del conductor del bus.
La gran suerte que tuvimos fue el espléndido dia de sol que
disfrutamos.
Pero a pesar de ser una senda costera, no es tan sencilla y
cómoda como pudiera parecer.
Los continuos sube –
baja van haciendo mella en las piernas y los desniveles superan las expectativas.
Pero merece la pena el paseo, algunos rincones son simplemente espectaculares.
A lo largo del sendero vamos alternando praderías, viñas y
caseríos con tramos de monte. A veces el camino desciende y nos acerca a la
costa donde abundan los Flysches, singulares formaciones rocosas que alternan
capas duras con capas mas blandas y se encuentran tanto en el propio murallón del acantilado
como en la superficie de la playa.
Resultó una buena combinación de mar y montaña.
Al caer la tarde llegamos al pueblo de Deba donde acabó la
caminata, pero todavía tuvimos tiempo para viajar en el bus a conocer el pueblo
de Mutricu.
Hasta la próxima ¡!!
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