Como todos los años por estas fechas, salimos al monte a despedir la
temporada montañera descorchando unas botellas de cava y degustando los típicos
dulces navideños.
En el Alto del Bardal no se podía ni posar para la foto. Era tal el frio que hacía, que nos pusimos en marcha enseguida.
Gorros, guantes, fulares, chaquetas y demás prendas de abrigo salieron de las mochilas, ni un trozo de piel debía quedar expuesto al gélido viento que azotaba la loma del pico Endino.
No tardamos en llegar a la cumbre y allí buscamos un lugar
al abrigo del viento donde comimos los dulces y bebimos la sidra y el cava
mientras un bando de buitres planeaba sobre nuestra posición en busca de su
desayuno.
Tras un largo y cómodo descenso llegamos a Olea donde dimos
cuenta de una espléndida olla ferroviaria. Comimos, bebimos y cantamos, todo en
buena armonía y amenizado con música de rabel a cargo del maestro Julio
Sánchez.
Hay que apuntar que se vieron nuevas caras en la marcha, lo
cual siempre nos alegra.
Ahora es de esperar que no decaiga esto y que el año que
viene lo volvamos a contar.
Buenas fotos si señor, yo no pongo ninguna porque las mías son muy parecidas pero muy inferiores en calidad.-
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